Este es el primer
caso de los que dije que pondría en el blog en el post Los conocimientos desperdiciados… con la contumacia por bandera, vendrán otros y más complejos. Este accidente es
sencillo y se produce a baja velocidad, aunque no por ello es “benigno”, la
mayoría serán de daños materiales, pero ostenta una potencia letal que se
perfeccionará en el momento se den las condiciones para ello.
Pueden resultar
heridos y hasta muertos, cuando el vehículo que gira a la derecha (el A) sea
una motocicleta o una bicicleta (por motivos obvios), y, cuando siendo un
turismo o una furgoneta vaya un pasajero en el asiento trasero derecho junto a
la ventanilla, dado que es en ese punto donde suele golpear el ángulo delantero
izquierdo del autobús B, como se muestra en el gráfico en la posición de los
vehículos en gris claro.
La vía es urbana,
de único sentido y dos carriles. En el carril del lado derecho (sí, dentro del
carril, no fuera), se ha dispuesto una parada de BUS, de modo que los autobuses
pueden parar muy cerca de la intersección.
El turismo A
circula por el carril izquierdo con intenciones de girar hacia su derecha por
la calle existente al final de la parada del BUS, y como el autobús está
parado, el turismo gira hacia su derecha pasando por delante del autobús, que,
además para incorporarse a la circulación tiene que ceder la prioridad a los
que están circulando, pese a que por su carril no debe venir nadie puesto que
lo ocupó precisamente el autobús al detenerse en la parada.
Cuando el turismo A
ya está girando hacia su derecha, recibe el golpe del autobús B que inició la
marcha a la vez que el turismo A comenzó a girar.
Con lo dicho hasta
ahora y con lo que se muestra en el gráfico, estamos hablando de cómo se
produce este accidente, o sea, de su geometría (posiciones, trayectorias y
velocidades de los vehículos implicados), detalles que se pueden comprobar
objetivamente con más o menos precisión, aunque a veces no es posible, sobre
todo en lo referente a las posiciones iniciales y a las velocidades.
Veamos ahora por
qué sucede este accidente, su causa final (aquello que provoca la tendencia a
ser de algo; en este caso aquello que provocó la tendencia a que ambos
vehículos chocaran).
En la investigación
típica para juzgados y aseguradoras harán cábalas para intentar determinar cuál
de los dos conductores incumplió las normas de circulación vigentes en ese
país.
Si habla con los
conductores para ver qué dicen que ha sucedido, el del turismo A le dirá que él venía por el carril
izquierdo y que ha girado hacia su derecha para entrar en la calle que está
delante de la parada del BUS, y que lo ha hecho confiadamente porque el autobús
estaba parado y porque éste tendría que mirar y dejarle pasar antes de ponerse
en marcha, pero que, cuando estaba girando el autobús B se le ha venido encima
y no ha podido hacer nada por evitarlo.
El conductor del
autobús B, le dirá que estaba parado subiendo y bajando viajeros, y que al
terminar miró por el espejo, y como vio que la vía estaba libre inició la
marcha, y que al arrancar vio al turismo A delante, pero que no tuvo tiempo de
frenar.
Se pueden hacer
cábalas sobre si el turismo A tendría que ceder la prioridad al autobús B
puesto que iba a cruzar el carril que ocupaba, pero el conductor del turismo A
lo ve parado y no puede saber cuando va a arrancar. También puede argumentarse
que el autobús B estaba detenido en la parada de BUS (que está en el carril
derecho), y que al iniciar la marcha tiene que ceder la prioridad de paso a los
que están circulando, aunque el conductor del autobús ya ha dicho que miró por
el espejo y no vio al turismo A, que arrancó confiadamente porque no vio a
ningún vehículo circulando cuando miró por el espejo.
Bajo el punto de
vista de juzgados y aseguradores, la “culpa” del accidente se la pueden
atribuir fácilmente al autobús B, porque inició la marcha sin ceder la
prioridad al turismo A que estaba circulando correctamente. Puede que algún
abogado busque los tres pies al gato, y se dedique a cavilar acerca de las
obligaciones del turismo A cuando pasa del carril izquierdo al derecho y se
pone delante de la trayectoria del autobús B, especulando sobre lo que tienen
que prever los conductores y las precauciones que tienen que adoptar para
controlar lo imprevisible (o sea, magia).
Nada de eso tiene
correspondencia con realidad, los conductores no son adivinos y no pueden
prever lo imprevisible por muchas precauciones que adopten. Y no hay ni un sólo
indicio que permita argumentar, ni siquiera en hipótesis, una conducta
imprudente y/ o contraria a las normas de circulación, ambos conductores se
comportaron normalmente e hicieron lo que se supone que tenían que hacer,
ateniéndonos a lo que ambos cuentan. Entonces, si no tenemos infracción, ni
imprudencia, ni nada de nada, ¿por qué chocaron?
Este golpe lo
provoca el azar al hacer coincidir al turismo A girando a la vez que el autobús
B inicia la marcha, los conductores hicieron lo que podían y debían, pero no
podían evitar el golpe.
El turismo A ve al
autobús B parado y gira confiadamente sin sensación de riesgo, su conductor no
puede saber que el autobús B arrancará justo cuando comience a girar, se
comportó normalmente y quedó imposibilitado para evitar el golpe.
El autobús B miró
por el espejo antes iniciar la marcha, que inicia porque no ve a nadie.
Efectivamente, por el espejo sólo podía ver unos 16 º representados en el
gráfico con líneas de puntos con relleno de gris semi-transparente con la
inscripción “visibilidad por el espejo”, y, además, al estar más alto que el
turismo, difícil que pueda percibir su presencia, ni siquiera por la visión
periférica. Luego, también está imposibilitado para evitar el golpe, y cuando
se percata de la situación ya es tarde, el impacto es materialmente inevitable.
Ateniéndonos a las
reglas del razonamiento científico, y a las del método científico
inductivo-deductivo que es el que estamos empleando, no podemos afirmar
taxativamente cuál es la causa final de este accidente.
Pero, añadiendo el
principio de economía o de parsimonia* a las reglas de la lógica y a las pautas
del método científico empleado, resulta que la ordenación del tráfico** se hizo
sin tener en cuenta un elemento básico en el funcionamiento del sistema, es
decir, sin tener en cuenta que la visibilidad es un elemento físico
imprescindible para que los conductores puedan percibir, se dispuso la parada
de BUS en el carril derecho y próxima a la intersección por la que pueden girar
otros vehículos, sin prever las limitaciones en las distancias/ángulos de
visibilidad que tienen los conductores a bordo de los vehículos.
Esa imprevisión,
que es una incorrección técnica en la ordenación del tráfico, es lo que ha
dejado la seguridad (de los autobuses y
demás vehículos que circulan por el lugar) a merced del azar***, que
provocará un golpe tantas veces haga coincidir un autobús en la posición en la
que estaba el B y otro vehículo circulando por el carril izquierdo con
intenciones de girar hacia su derecha en la posición en la que estaba el A, ya
que la forma en la que se ha puesto la parada del BUS (ordenación del tráfico)
permite que los autobuses se paren próximos a la intersección, con las
limitaciones descritas en los ángulos de visibilidad, que los incapacita para
evitar el golpe ante la coincidencia de trayectorias, que es casual, provocada
por el azar.
Concluyendo...
Premisa 1. No existe ningún dato que permita
plantear hipótesis con la mínima consistencia como para no caer en la mera
especulación sobre posibles y en el pensamiento paralógico.
Premisa 2. El fallo
técnico en la ordenación del tráfico, en la parada de BUS, ostenta potencia
suficiente para provocar un golpe con la geometría idéntica a la que se muestra
en este accidente, incluso de mayor gravedad, al impedir una interacción básica
en el funcionamiento del sistema, y, por lo tanto, al provocar el fallo en los
conductores que da lugar a que suceda el siniestro.
Conclusiones.
Primera. No
existiendo nada que nos permita considerar otra cosa (Premisa 1), y, existiendo
hechos que ostentan potencia suficiente para causar un siniestro como este
(Premisa 2), podemos afirmar que la causa final de este siniestro, fue
probablemente el fallo técnico en
la ordenación del tráfico, en la ubicación de la parada del BUS, que, además,
da explicación completa (funcional y de causa a efecto) al fenómeno violento, al accidente de tráfico.
Segunda. Que, para
prevenir accidentes iguales al sucedido, hay que modificar la ubicación de la
parada de BUS para eliminar el riesgo creado en ese lugar.
Tercera. Que, para
prevenir accidentes iguales a este en otras paradas de BUS, hay que comprobar
todas las paradas de BUS y modificar las que se encuentren ubicadas con el
mismo fallo técnico (con las mismas condiciones, las mismas causas producen los
mismos efectos), que la parada de BUS implicada en este accidente.
Cuarta. Que se
adopten medidas para que este fallo técnico en la ordenación del tráfico no se
vuelva a repetir creando nuevas situaciones de riesgo innecesariamente.
Y creo que con
esto hemos obtenido conocimientos útiles para prevenir siniestros como el
estudiado y más graves, dando explicación completa al fenómeno violento estudiado. Si nos dedicamos a especular sobre posibles sin
atenernos a lo que indican los hechos, practicando la magia con el pensamiento paralógico, no sabremos nada de cómo y por qué
sucedió el siniestro, y, desde luego, no obtendremos ningún conocimiento útil para poder prevenirlo... la vida.
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*
Principio de economía o parsimonia. Más conocido como la navaja de Ockham en
honor a su autor (Guillermo de Ockham), cuyo enunciado original dice así: Entia
non sunt multiplicanda praeter necessitatem; en español, no ha de presumirse la existencia de más cosas
que las absolutamente necesarias…
para explicar completamente un efecto o fenómeno.
** Ordenación del
tráfico. La ordenación
es junto con la regulación las dos actividades propias de la Ingeniería de
Tráfico. La ordenación
se refiere a las medidas con relación al espacio, mientras que las medidas de regulación son
las que se refieren al tiempo, y, consecuentemente también a la velocidad.
*** Azar. La mejor
definición del azar, al menos la más útil para estudios funcionales y de causa a efecto,
es sin duda la que hiciera el matemático y filosofo francés Antoine Cournot en
el siglo IXX, dice así: el encuentro de dos o más series causales
independientes. En este caso las series causales son los dos vehículos, que se
dirigen con trayectoria y velocidad de colisión sin poder evitarlo al faltar la
visibilidad que permitía relacionar las series causales para que no fuesen
independientes entre sí y no se encontraran en el espacio y en el tiempo (el
golpe) por caprichos del azar.
Artículo brillante, una demostración palmaria de que la Accidentología es a la Seguridad Vial lo que la Medicina es a la Salud Pública.
ResponderEliminarVíctor Irureta
Instituto de Accidentología Vial
Buenos Aires