Igual que tenemos y seguiremos teniendo peatones y conductores que no quieren adaptar su comportamiento a lo que exigen las leyes naturales que realmente rigen el tráfico viario (y es imposible cambiar la naturaleza humana de los humanos...), también es preciso entender que no tenemos ni tendremos vías perfectas, sino imperfectos constructores y administradores, construyendo y administrando imperfectas vías adaptadas lo mejor posible a los imperfectos peatones y conductores y a los imperfectos vehículos.
Pues en la medida que se logra encajar y armonizar esas imperfecciones adaptándolas entre sí, es cuando cambia la tendencia a ser de un sistema complejo compuesto por imperfectos elementos que interactúan armonizados entre sí, y se avanza hacia la perfección del sistema (que es de lo que se trata: que el sistema funcione y, si falla, que las malas consecuencias sean mínimas).
Esto no es un concurso a ver quién tiene más culpas para exhibir o echar. Esto va de que cada cual ejerza sus responsabilidades lo mejor posible, con una finalidad social y humana muy clara: que la gente se pueda mover de un lugar a otro para hacer sus actividades con las máximas probabilidades de volver a casa.
Entre todos los tipos de siniestro de tráfico, los que más matan y hieren con notable diferencia son las salidas de la vía. Y esos muertos y heridos se disminuyen diseñando y construyendo las márgenes de las plataformas para intentar que no mueran ni se hieran los que se salgan involuntariamente de ellas. Porque hay varias causas de las salidas de la vía, entre ellas la temeridad, las borracheras y las drogas; pero también la mala percepción del trazado, las curvas de radio variable que sorprenden al conductor, y más cosas (y no todas evitables hoy por hoy).
Pero donde se matan y hieren es en las márgenes de las carreteras, y existe suficiente tecnología para mejorar su seguridad y lograr una disminución significativa de muertos y heridos en salidas de la vía: pues muchas no acabarán en choque o en vuelco al poder recuperar el control del vehículo cuando las características de las márgenes de la plataforma lo permiten, y la gravedad de los golpes que se produzcan disminuirá precisamente porque esas características se han dispuesto para que así resulte.
Los planteamientos para lograrlo son claros: diseñar las características geométricas de la vía, la señalización y el balizamiento para disminuir los errores de percepción y las salidas involuntarias de calzada (coherencia o consistencia de diseño); y diseñar las márgenes para que sean "indulgentes" con quienes se salen involuntariamente del camino (zona despejada y estable, libre de obstáculos fijos, de escalones y otras condiciones peligrosas).
¿Es esto tan difícil de entender? Mejorar la seguridad de las márgenes de las carreteras es una actividad muy rentable humana, social y económicamente, porque mejora la seguridad de verdad. Y a eso no se pueden poner muchas objeciones manteniendo la racionalidad.
06 marzo 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario