08 abril 2006

LOS ACTOS DE FE Y EL TRÁFICO DE SEMANA SANTA

En épocas de grandes movimientos viarios, como es el caso de la Semana Santa en España, en general preocupan los muertos y los accidentes que pueden resultar.

Pero a quienes mantienen una perspectiva científico-técnica sobre el sistema viario, no les preocupan los muertos y los accidentes, los lamentan. Lo que les preocupa es la inseguridad vial, que es el estado o situación del sistema viario que provoca los accidentes y las víctimas. Y ello es sencillo de explicar: porque preocupándonos de los efectos lamentables y no de la situación que los causa, no los podemos evitar. Al contrario sí.

A las autoridades administrativas de tráfico y seguridad vial les suelen preocupar más los resultados, miran mucho las cuentas funestas, y les pegan muchas vueltas a las estadísticas. Y en su sana intención de mejorarlas, a veces deciden medidas que científica y técnicamente resultan bastante inútiles.

Es fácil entender que en un sistema técnico como es el sistema viario, que produce fenómenos violentos y anómalos (accidentes y víctimas), porque no está construido, gestionado y usado en las condiciones que impone la naturaleza para que no falle, el único modo humano de ir disminuyendo accidentes y víctimas, es ir adaptando la construcción, la gestión y el uso del sistema a las condiciones que impone la naturaleza para que no falle tanto, y en consecuencia que sea más seguro. O sea, que hay que ir resolviendo técnicamente los defectos y las carencias funcionales que existen y actúan, precisamente las que tiene que ir esclareciendo la accidentología vial en todas sus ramas.

Sin embargo, el punto de vista común sobre el tráfico, que es el que suelen mantener las autoridades administrativas, cree que esto de la inseguridad vial es principalmente una consecuencia de la conducta de los usuarios, no considera que la inseguridad vial sea un estado anómalo del sistema viario. Y en coherencia con esa creencia, atienden a quienes dicen que saben modificar conductas. Y una de las medidas en la que se repiten los conductistas, es la concienciación pública o social.

Pero en la situación actual del tráfico, la eficacia de la concienciación social que podemos esperar, es parecida a la que cabe esperar si lanzamos mensajes de concienciación a quienes se van a una selva plagada de riesgos y peligros, pero no los formamos ni les damos los medios para evitarlos, ni tampoco disminuimos los riesgos y peligros que les esperan, los que hay en la selva a la que van a ir, ¿qué les sucederá?

Pues no es difícil de prever. Que los más prudentes y con más experiencia, y los que vayan mejor equipados, tendrán más posibilidades de salir indemnes de la selva, pero no estarán a salvo de todos los riesgos y peligros que allí existen, y muchos de ellos caerán.

Los más débiles, por inexperiencia, por inconsciencia, por estar cansados, por tener sueño, por haber bebido, por estar drogado, por estar enfermos, por la edad, por estar mal equipados, en definitiva, por tener o estar en peores condiciones para la tarea y la situación, serán los que caerán con mayor frecuencia y cantidad, porque estarán más expuestos y sensibles a la acción de los riesgos y peligros que existen y actúan.

Así que poca efectividad pueden tener las campañas de concienciación para que se produzcan menos bajas en la selva del sistema viario, estando plagado de riesgos y peligros por insuficiencia técnica al conformar, gestionar y usar el sistema.

Lógicamente, si pudiéramos formar a todos los conductores y peatones en poco tiempo para moverse con seguridad por la selva del sistema viario, bajarían los accidentes y las víctimas. Pero ello no es tan factible como puede parecer, y no solucionaría los accidentes y las víctimas que se producen por los riesgos y peligros que hay en la selva viaria, los que genera la incorrecta conformación y gestión, porque los usuarios no los pueden resolver ni evitar (Ver ejemplos en los posts: LAS SOLUCIONES DIVINAS ; EL CRUCE Y LA DUDA EXISTENCIAL ; COMPROBADO CIENTÍFICAMENTE ¡SON LAVABLES! ; URBANISMO Y SEGURIDAD VIAL ; ACCIDENTES ¿QUÉ MÁS PUEDE HACER LA INGENIERÍA? ; y otros.).

De ahí que desde la perspectiva científica y técnica se abogue por la acción urgente y necesaria en la conformación y en la gestión del sistema viario. Porque las mejoras técnicas eliminando riesgos y peligros en la selva viaria, aumenta la seguridad para todos los usuarios, sobre todo para los débiles, que caen con mayor frecuencia y cantidad.

También es obvio que existiendo la situación actual (o sea, la situación de inseguridad vial que padecemos), a cuantos más sean los que se muevan por la selva viaria, más serán los que caerán. Y eso es lo que sucederá esta Semana Santa en España, y será inevitable porque no hemos hecho lo que hay que hacer para que eso cambie de modo sustancial, ya sabes... ir disminuyendo los riesgos y peligros que existen y actúan en el sistema.

Por lo tanto, las variaciones que se produzcan en las cuentas funestas de esta Semana Santa respecto al año anterior, serán dentro del margen de lo estocástico, o sea, según actúe el azar. Y eso no se puede atribuir a algo concreto, ni siquiera indica que lo hecho haya servido realmente para producir la variación que resulte, que ojalá sea a la baja por muy estocástica que llegue a ser.

Las autoridades administrativas, siguiendo con las típicas medidas conductistas, han encargado una campaña de concienciación para esta Semana Santa. El creativo que ha diseñado la campaña, salió por televisión diciendo que se siente satisfecho de ayudar a salvar vidas. Parece que está convencido de la eficiencia de su creación mediática para evitar fenómenos físicos violentos, que se producen por fallos en el funcionamiento de un sistema técnico complejo y heterogéneo de uso social, como es el sistema viario.

El mensaje de concienciación que se ha inventando el publicista, consiste en preguntar a los usuarios si van a morir en la carretera. Que estando en la situación de inseguridad vial que padecemos, es lo mismo que preguntar si van a morir en la selva... a los que se van a la selva. Imagina la gracia de la preguntita y lo que sabe el publicista.

Y con este mensaje concienciador, parece que las autoridades administrativas esperan conseguir menos muertos en esta Semana Santa. Porque si no lo esperan ¿para qué encargan la campaña? Y si esto no es un acto de fe en plena Semana Santa, dime tú cómo le podemos llamar.

Pero es que no hace mucho, en los medios españoles había otro anuncio de algún creativo publicista, en el que se afirmaba que el carné por puntos había logrado evitar accidentes incluso antes de implantarse. Y si eso resulta ser verdad, que sin actuar ya produce efectos, es que estamos ante un milagro. Porque siguiendo los fundamentos y los métodos científicos, lo que está en potencia no puede producir actos o efectos. Para que la potencia o energía produzca efectos tiene que pasar a la acción, tiene que actuar. Y para que actúe el carné por puntos, si es que actúa, tiene que implantarse, no basta con anunciarlo.

Y como un milagro, es un hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a una intervención sobrenatural de origen divino. Lo que dijo el publicista sobre el carné sería un "milagro humano" (un hecho no explicable por las leyes naturales que se atribuye a la intervención sobrenatural humana), esto es, producido por una energía desconocida contenida en el anuncio de la próxima implantación del carné por puntos, que es inexplicable siguiendo el orden natural del funcionamiento del mundo observable y conocido.

Me temo que en esta Semana Santa vamos a necesitar de auténticos milagros para que bajen sustancialmente las cuentas funestas, porque no hemos hecho gran cosa para que disminuyan. Pero albergo la esperanza de que las variaciones estocásticas, las producidas por el azar, sean a la baja. Y como hay quien sostiene que el azar es la acción de Dios, no hay otra que mantener la fe de su acción en el tráfico de Semana Santa. Porque si tenemos que confiar en la eficacia de los publicistas…. me parece que la llevamos clara.

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