29 enero 2006

¿PORQUE LO DEL TRAFICO DE ALICANTE?

Las cosas no se contemplan del mismo modo, coexisten distintos puntos de vista que varían el modo de percibir y entender lo que es y sucede en la realidad. Lo cual puede tener consecuencias que no son buenas cuando se trata de solucionar problemas de supervivencia y seguridad, porque es evidente que la realidad que los ocasiona es la que es. No existen, porque es imposible que puedan existir, tantas realidades como puntos de vista. Sobre lo que pasa en calles y carreteras existen básicamente tres modos de verlo: el científico, el técnico y el vulgar o común.
Hace tiempo que la provincia de Alicante viene siendo noticia por las nefastas cifras en la siniestralidad del tráfico, ayer mismo 5 muertos en un accidente.
Y como cualquiera entiende, esto no es porque sí ni por una acumulación aleatoria de torpes y locos en el espacio y el tiempo alicantino, porque los accidentes de circulación son fenómenos mecánicos violentos y anómalos, se producen por fallos en el funcionamiento de un sistema complejo y heterogéneo como es el sistema viario, y tienen explicación per causas, o sea, científica. Cuestión distinta es que quien investigue sepa realizar la actividad científica en el ámbito que trabaja.
Desgraciadamente hay muchos indagando sin estar preparados para la actividad que realizan, y se dicen muchos imposibles e incoherencias como si fueran realmente causas de los accidentes y las víctimas. Como cualquiera entiende, la tuberculosis no es por opiniones vulgares ni por especulaciones pseudocientíficas (los accidentes tampoco), y las técnicas que existen para combatirlo son las posibles y no las que se opinen o supongan (igual sucede con la inseguridad del tráfico).
La vanguardia del punto de vista técnico es el que ha conseguido desarrollar el sistema viario, logrando impresionantes aumentos de tráfico disminuyendo accidentes y víctimas, y lo ha hecho aplicando la permanente idea del hombre técnico: adaptar las cosas a las personas. Pero hace tiempo que la técnica necesita conocimiento fundado y demostrado (ciencia), para seguir desarrollando adaptando conforme a lo que imponen las leyes de la naturaleza que rigen el funcionamiento del sistema viario.
El estudio elemental de la mecánica viaria demuestra que las personas son el procesador, subsistema central o mecanismo principal del sistema, y por lo tanto, demuestra la corrección de la permanente idea ergonómica de la técnica de vanguardia. Ni lo uno ni lo otro entra en el ámbito de lo científicamente opinable: está muy claro que la naturaleza impone que todo esté funcionalmente adaptado al procesador (a las personas), para que no falle en su tarea de equilibrar el movimiento. Pues si falla y se desequilibra, es cuando pueden producirse los nefastos accidentes y el drama de las víctimas, que no cesa. Lo cual no se debe sólo a fallos propios del procesador (conductores y peatones) como parece y se cree vulgarmente, sino que también es por fallos en las funciones de los elementos artificiales del sistema, tanto en los estáticos (la vía, el entorno, la señalización, el balizamiento, las normas para circular, etc.), como en los dinámicos (vehículos y otros).
Pero las concepciones científico-técnicas sobre las causas de la siniestralidad y el modo de solucionarlas, no predominan en ninguna parte del mundo. Y como cualquiera comprende, un sistema técnico de uso social demostradamente peligroso como es el sistema viario, no puede conformarse, gestionarse y usarse con creencias y suposiciones vulgares, y menos aún con las falacias, piedras filosófales y panaceas de la pseudociencia y la pseudotécnica. Pese a lo que vulgarmente se cree, se producen más accidentes y víctimas en donde hay menos coches y carreteras, en los países pobres y en desarrollo, en donde la acción científico-técnica no llega o llega muy poco: a perro flaco pulgas con él.
La mecánica viaria es bastante compleja y no puede entenderse sin estudiar los aspectos funcionales, o sea, aclarando para qué son las cosas y de qué modo tienen que ser y estar para que cumplan sus funciones según las leyes naturales o científicas que rigen el sistema.
Los elementos estáticos y dinámicos ostentan una capacidad de hacer o causar, que genera las interacciones por las cuales funciona el sistema viario, produce su movimiento y lo estabiliza.
Si los elementos estáticos no tienen la capacidad suficiente para interactuar con los elementos dinámicos a fin de mantener su movimiento estable (seguridad vial activa), se provoca un aumento de la tendencia a fallar, que ya ostenta el procesador por naturaleza, ya que las personas no estamos hechas para esta actividad en estas condiciones, sino que las realizamos aprovechando nuestras cualidades naturales, que son necesarias pero no suficientes, o sea, que la falta de adaptación de los elementos artificiales a las condiciones del procesador aumenta la inseguridad vial activa, y como consecuencia, los desequilibrios mecánicos, y con ello la probabilidad de que se produzcan más fenómenos violentos y anómalos (accidentes y víctimas).
Si además la vía, su entorno y los vehículos no se diseñan, construyen y mantienen teniendo en cuenta la seguridad de las personas, aumenta la inseguridad vial pasiva: en caso de accidente es más fácil lesionarse y morir, a igual cantidad de accidentes resultan más víctimas y de mayor gravedad.
Como comprenderá el lector, esto es bastante más complejo de lo que se puede explicar en unas líneas. Pero si en Alicante se producen más accidentes y víctimas que en otros lugares, es que el sistema viario alicantino está peor configurado, gestionado y usado que en otros lugares, y esto no entra en el ámbito de lo científicamente opinable. Aunque si el sistema viario alicantino se usa del mismo modo que en otras provincias, lo que hace que Alicante esté siendo distinta obviamente es la configuración y la gestión. Y tampoco es opinable que la seguridad de los elementos estáticos (la vía, el entorno, la señalización, el balizamiento, las normas para circular, etc) no es responsabilidad de los usuarios.
En un ambiente de permanente (riesgo) inseguridad vial activa y pasiva, toda precaución es poca, pero no es suficiente, las personas no pueden estar en alerta permanente, ni tienen capacidad para evitar la acción de las múltiples deficiencias funcionales que existen en el sistema viario.
La única opción posible para ir resolviendo el problema de la inseguridad vial, en Alicante o en cualquier otro lugar, pasa por saber y reconocer la realidad de porqué suceden las cosas, y dejarse de especular sin fundamento ni justificación.
O nos atenemos a la verdad que podemos aclarar, o quedamos presos de las apariencias y las fantasías.

Carpe Diem

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