10 septiembre 2008

Los espejismos y las políticas de seguridad vial II

Este verano la Universidad de Michigan publicó un estudio sobre las relaciones entre los kilómetros recorridos, el consumo de carburantes y la siniestralidad con víctimas resultante en EE.UU., en el periodo comprendido entre abril de 2007 y abril de 2008, confirmando lo que ya han advertido accidentólogos y técnicos viarios, que las variaciones en la cantidad de tráfico no producen los mismos cambios en la siniestralidad con víctimas que resulta.

El estudio muestra que, con disminuciones de tráfico (de kilómetros recorridos) en torno al 3 – 4 por cien, y con disminuciones del consumo de carburantes en torno al 4 – 6 por cien, resulta una disminución del 20% en la siniestralidad con víctimas.

Y esa es la situación actual en EE.UU., que ante la crisis petrolera y económica, y la consecuente disminución de tráfico, se está produciendo una disminución de la siniestralidad con víctimas en torno a ése porcentaje, que de seguir así, terminarán el año con unas cifras en la siniestralidad con víctimas similares a las de principios de los años 60.

Pero es que eso mismo también viene sucediendo en España con la siniestralidad con víctimas, que también ha disminuido en torno a ése porcentaje durante este año, y que de seguir así acabaremos 2008 con unas cifras similares a las de principios de los años 60.

Está claro que el tráfico en España ha disminuido respecto al año pasado, aunque no se dispone de datos fidedignos sobre cuánto. Pero el Ministerio de Industria publicó los datos de consumo de combustibles durante el primer semestre de 2008, resultando una disminución respecto al primer semestre de 2007 del 6’2% en el consumo de gasolina y de 2’6% en el consumo de gasóleo. La media resultante se sitúa en torno a los porcentajes de reducción del consumo de combustibles en EE.UU.

Por lo tanto, dada la similitud del descenso en el consumo de combustibles, puede suponerse una reducción similar de los kilómetros recorridos en España, o sea, en torno al 4%, dando explicación física al más o menos 20% de descenso en la siniestralidad con víctimas que se ha producido en España durante 2008. Dado que la relación hallada en el estudio entre la disminución de tráfico y la disminución de la siniestralidad con víctimas es de 1:5.

Ello confirma lo explicado en la primera parte de este artículo (ver archivos de abril de 2008), o sea, que el origen del descenso de la siniestralidad con víctimas que viene produciéndose en España durante este año, no es porque se haya mejorado la seguridad del sistema viario español con las medidas de orden social implantadas (carné por puntos, controles masivos y automáticos, más sanciones, penas y delitos, etc.), sino que es simplemente la consecuencia de la disminución de tráfico por la crisis petrolera y económica.

Cuando un sistema tecnológico, como es el sistema viario, no se encuentra correctamente configurado y gestionado, resolviendo los problemas técnicos que existen en su seguridad física y funcional: a más tráfico, más falla el sistema y más siniestros con víctimas resultan; por el contrario, en esa misma situación, con menos tráfico, menos falla el sistema y resultan menos siniestros con víctimas.

Ello quiere decir, que de seguir la seguridad física y funcional del sistema viario español en los niveles en los que se encuentra ahora, cuando mejoren las condiciones socioeconómicas y aumente el tráfico, la siniestralidad con víctimas puede aumentar en una relación en torno a 1:5, y, si el tráfico aumenta un 5%, la siniestralidad con víctimas puede aumentar un 25%.

De ahí que para prevenir esa situación futura, no se puede seguir repitiendo y sosteniendo un imposible físico y funcional, como es que las medidas de orden social tienen la capacidad de mejorar la seguridad física y funcional del sistema viario o seguridad vial, porque no lo van lograr, como de hecho no lo han logrado en ningún país (por ejemplo, en Francia).

Lo que hay que hacer es lo más eficaz, es llevar a cabo las medidas propuestas en la Directiva de la UE sobre seguridad de las infraestructuras viarias, que, en definitiva, consiste en mejorar la seguridad física y funcional de las infraestructuras y la gestión técnica del tráfico que circula por ellas.

Si queremos que las cosas resulten de otro modo vamos a tener que hacerlas de otro modo. Porque insistiendo en hacerlas del mismo modo sólo puede resultar más de lo mismo; es una imposición de la naturaleza con el principio de uniformidad (en las mismas condiciones las mismas causas producen los mismos efectos), que guste o no rige en los modos y procesos genéticos, de causa a efecto, o de hacer las cosas en este mundo.

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