12 diciembre 2006

LOS PUNTOS NEGROS DE ALICANTE

Hace años que Alicante viene siendo noticia por la siniestralidad viaria. En el verano de 2005 lo fue porque los muertos aumentaron el 27%. Ahora, porque los puntos negros de nuestras carreteras aumentaron el 70% durante ese año.
Pese a ello tenemos menos que otras provincias, pero el índice de siniestros que se concentra es mayor, en esto Alicante es la segunda del país, pues en los puntos negros se concentró el 20% de los accidentes con víctimas de las carreteras alicantinas, con 13 muertos y 307 heridos.
Sobre las causas de la siniestralidad viaria se dicen muchos imposibles, demasiadas fantasías y no pocas falacias. Pero en tráfico sólo sirve la verdad, porque los muertos y los heridos son de verdad, cuando los muertos sean de mentiras, entonces valdrán especulaciones, creencias y opiniones, lo que sucede en Alicante no es porque sí, ni por una acumulación casual de torpes y locos superior a la media nacional.
En otoño de 2005 decía así: “Para aumentar la seguridad vial en la provincia de Alicante y reducir la masacre que se avecina, hay que cambiar las condiciones para que no se produzcan los efectos que ya se saben, hay que reducir los riesgos que existen en nuestras calles y carreteras, porque no hay otra.” [1].
Con relación a esto el Parlamento Europeo ya instó a la Comisión Europea a trazar directrices para reducir riesgos en la red viaria (eliminar puntos negros y auditorias de seguridad), o sea, que las vías tenían que ser el tercer ámbito de actuación de cualquier programa de seguridad viaria que se llevara a cabo.
Pero la Comisión Europea remarcó en octubre, que mientras “los elementos de seguridad de los vehículos han mejorado considerablemente”, y se “han reforzado las exigencias en los exámenes de conducir y en formación”, la seguridad de las infraestructuras viarias “no ha sido objeto de los mismos esfuerzos conjuntos a nivel europeo”, afirmando que las características físicas de la red y sus volúmenes de tráfico son determinantes en la accidentalidad.
Es evidente que si existen riesgos y disfunciones en la red viaria, a cuanto más personas y vehículos transiten, se producirán accidentes con mayor frecuencia y cantidad. Y las características y cualidades de los elementos artificiales estáticos, o sea, la vía, su entorno, los objetos que se encuentran en ella, la señalización, el balizamiento, los límites de velocidad, las normas de circulación, el alumbrado, etcétera, son causas finales de la seguridad y del riesgo, y por lo tanto, también de la siniestralidad; y son más determinantes que los elementos dinámicos, tienen más poder de acción que los peatones, conductores y vehículos, dado que actúan sobre la seguridad de las personas y vehículos que se muevan por su campo y momento de acción.
Cuando se concentran accidentes y víctimas (puntos negros), es que entre las causas finales que los producen se encuentran las características y cualidades de los elementos artificiales estáticos, algo ya explicado y publicado [2]. Es decir, que los puntos negros son por deficiencias y problemas técnicos en las características y cualidades de la vía, su entorno, los objetos que se instalan en ella, la señalización, el balizamiento, los límites de velocidad, el alumbrado, las normas de circulación, etcétera; y producen accidentes con más frecuencia y cantidad a cuanto más personas y vehículos pasen por el lugar en el que actúan.
Ante la insensibilidad que han mostrado los titulares de las vías europeas, aunque unos más que otros, la Comisión Europea adoptó en octubre de 2006 una propuesta de Directiva para mejorar la seguridad de la red viaria, que se basa en cuatro medidas:

• Estudios de impacto en seguridad vial, se analizará cómo afecta a la seguridad de la red viaria existente, la construcción de una nueva vía o una modificación importante en ella.

• Auditorias de seguridad vial, que se aplicarán en las cinco etapas de un proyecto: estudio de viabilidad, diseño preliminar, diseño de detalle, antes de la apertura y a la puesta en servicio.

• Gestión de la seguridad en la red viaria, que incluye los puntos y tramos de concentración de accidentes, y los puntos y tramos con riesgo de producirlos.

• Inspecciones de seguridad vial para vías en servicio, es decir, revisiones periódicas de las condiciones de seguridad en las vías abiertas al tráfico.

Estas medidas mejorarán la seguridad con el tiempo. Pero, si para que cumplan sus obligaciones sociales con la seguridad de las personas, hay que forzar con medidas legales a los titulares de las calles y carreteras, es que andamos muy mal en eso de considerar a la vida y al prójimo, que es básico para la existencia y el funcionamiento de la sociedad.
“Vía Vita” es el lema de la centenaria Asociación Mundial de Carreteras (AIPCR), y quiere decir que las calles y carreteras tienen que estar hechas y gestionadas para la vida, para dar servicio a las actividades de las personas y de la sociedad, y lo que es muy importante para la seguridad vial, adaptadas al modo de moverse de las personas y los vehículos, porque no es arbitrario, lo impone la Naturaleza y las necesidades de la vida.
Crear y mantener disfunciones y riesgos en la red viaria es la antítesis a “Vía Vita”, y aún siendo sin intención, en la forma, es fomentar la muerte, el dolor y la destrucción, la ruina económica y el deterioro de la calidad de vida; y en el fondo, es un desprecio a la vida, al prójimo y a la sociedad. No hay palabras que lo puedan justificar, porque los muertos y heridos siguen siendo de verdad.

1 MUERTOS Y RESPONSABILIDADES DE ALICANTE, L. Xumini. Diario La Verdad, 29-9-2005.
2 ¿QUÉ CAUSA UN PUNTO NEGRO? L. Xumini. CARRETERAS, revista técnica de la Asociación Española de la Carretera, nº 139, Madrid, 2005.